viernes, 8 de julio de 2011

¿Loco, o cuerdo?


Porque alguien leyendo mis escritos me dijo cierta vez que si estoy loco, intento razonar si escribo como cuerdo mis locuras, o corduras escribo siendo loco.

Mi duda es dónde empieza y dónde acaba la razón o lo absurdo, lo lógico, o el desatino, cuando todo el comportamiento social responde a la cultura del pueblo en que se habita.

Seguimos normas de conducta establecidas sin tener en cuenta nuestra aptitud, ni la capacidad de cada cual, ni valen un pito los sentimientos más que para uno mismo.

Por eso escribo y grito, para mí, para mi ser escondido vertiendo en el papel la queja, que a nadie importa mi quejido.

O en lo alto de un monte, donde solo el eco puede responder mi grito. Allí, extiendo los brazos en el intento de abrazar la tierra y el cielo, y solo entre mis brazos queda el viento.

Nada.

¡Que dolor, que esfuerzo! Navegar toda la vida contra corriente río arriba, sacrificando instintos básicos, sujetos a mostrar la imagen que quieran ver los ojos que nos miran. Máscara que nos oprime y ciega la propia identidad.

Ahí mis dudas, si estoy cuerdo en mis locuras, o loco en la sinrazón de mi cordura.

¿Por qué es pecado expresar lo que se siente? ¿Por qué sufrir eternos desengaños con la sonrisa en los labios? ¿Por qué morir de amor y callarlo, o sentir que se ha perdido y disimular el llanto? 
¿Por qué? ¿Por qué?
 ¿Por qué...?
__________.__________

10 comentarios:

María dijo...

Amigo, Carlos:

Me ha encantado tu forma de gritar, de quejarte, de expresarte en este poema, y me uno a tus palabras, diciéndote que que todos estamos un poquito locos.

Y me pregunto sin respuestas... ¿quién entiende de razones cuando a veces solo manda el corazón? ¿Dónde empieza y termina la razón? ¿Cual es el límite de lo malo o lo bueno?

Escribamos y gritamos, volemos y soñemos, quejémonos cuando lo deseemos, no nos callemos.

Abracemos la tierra, abracemos la vida, escuchemos el eco de su silencio, o sequemos las lágrimas de los ojos a quiénes necesitan ser limpiados de dolor.

Nada es pecado, mientras no haya máscaras que oculten las verdades.

Mi verdad es que eres un gran escritor y te admiro.

Mi aplauso y admiración.

Un beso.

Carlos Serra Ramos dijo...

María, amiga mía, para mí la respuesta es una, tener conciencia clara de que sólo tenemos una vida que se desgasta minuto a minuto.

Y, es irrepetible, muchos lo sabemos pero la dejamos escapar escuchando a la razón o a la voz de la moral, la responsabilidad adquirida y el temor a dañar a segundos o terceros; no hay marcha atrás, querida, si lo hacemos se nos señalará con el dedo y nos darán la espalda.

En tu blog pulsabas la opinión sobre la infelicidad y fue mayoría que tildaban de traición y cobardes a quienes fueran infieles sin reparar qué razones la impulsan valorando solamente el dolor que se causa, pero ¿y el dolor propio por mantener una relación toda la vida con quien no se ama? O sea, que se debe renunciar a la propia felicidad en favor del ser que no se ama.

Por eso en este poema, el hablante se pregunta donde está y cómo se entienden los principios morales y responsables a que obliga la sociedad y no digamos la conciencia porque ésta está modelada por esa misma sociedad.

En fin, un lío, ya te dejaré en alguno de tus temas una secuancia de Despeñaperros donde se defiende esa libertad en la renuncia a las leyes contra natura del ser humno.

Mi adicta amiga, atiendo tus frases en las que observo concordancia con lo que vengo expresando, pero seguro que tú, como yo, tampoco te lanzas al ruedo a gritar la vida es mía y para mí la quiero.

Gracias, querida, te las doy en el beso que soplo a tu ventana.
....................Carlos

Unknown dijo...

Carlos Serra me has dejado seca con tu lamento. Y qué verdades dices. Yo no lo hubiera expresado mejor ni más claro ni más alto. Toda la vida con la máscara puesta bailando al son que de nosotros se espera. Nuestra propia familia, los amigos o toda la sociedad nos marcan el ritmo diario y nosotros, absurdos monigotes para no defraudar o peor aún para no quedarnos al margen de esa sociedad hipócrita que nos acoge, vamos tras esos pasos como auténticos borreguitos.
Veremos, porque nos queda la escritura como desahogo y como denuncia. !Nadie, al menos en pensamiento, podrá con nosotros!.
Besotes, amigo. Maribel

Acuarela dijo...

Querido Príncipe...
te pregunto... ¿Qué es un pecado? ¿A la vista de quien nuestra actuación es pecado?
Te re-pregunto: Qué es ser infiel? Hay tantas formas de ver la vida y millones màs de juzgar al semejante que por eso el mundo es esta madeja de hilo enredado que ahora no sabemos arreglar.
Quièn es màs infiel? El que aguanta una situación por presión social, moral, sentimental o religiosa o aquel que es honesto y expone sus razones para no seguir aguantando una circunstancia?
Nos enseñan a ser honestos desde la cuna, pero luego crecemos y nos incitan a fingir y mentir para dar gusto a quien se auto proclama libre de "pecado".
Nahh ya sabes cómo pienso de todo esto. Si bien es cierto que muchas veces el precio por defender lo que se siente no es bajo... créeme, vale la pena. COmo han dicho todos aquí, como has dicho tú, la vida es UNA y no existe un Dios que nos haya enviado a sufrir. Estamos aquí en un paraiso que Él nos dejo para SER FELICES.

Bss

Carlos Serra Ramos dijo...

Maribel, recibí el besoste con un chasquido que casi me deja sordo, gracias amiga, fue muy rico y quiero más, jajaja.

Es tal como dices, querida, llevamos la máscara puesta constantemente y según con quien tratamos es una u otra. Imagina al aspirante a un empleo el rostro de buena persona y de sabiondo que simulará, su mejor traje, con corbata y los zapatos brillantae como el oro.

Yo me veo en la vida como actor de teatro, cambiando mi personalidad según dicte el guión, un sainete o un drama, amiga; y me quedo con lo de drama.

Lo curioso de esta falsedad es que según la sociedad en qué se habita, lo bueno es malo y lo malo bueno. Mira, por no alargarme te dejo estas décimas que vienen bien al tema:

¿Qué no ves amiga mía
que dicta contra natura
la sociedad? y clausura,
libertad día tras día
sumiéndote en la apatía.
Yo quiero ser ermitaño,
no vivir bajo el engaño
una vida placentera,
que cuesta ceder entera
sumisión entre el rebaño.
_______

Con mi afecto, querida Maribel, soplo un beso y que te llegue.

...............Carlos

Carlos Serra Ramos dijo...

Mi querida y nunca olvidada amiga, te llevo tan dentro de mí como en aquellos días y siempre perdurará el cariño fraternal que nos tenemos, espero y deseo que siga tu felicidad coronando tu hogar.

Jejejeje, sabes bien de qué hablo en el poema ¿verdad? Pues como entonces, cielo.

Sin duda alguna la infidelidad comienza en el instante en que se gira la cabeza deseando a la mujer u hombre que se cruza en tu camino, ya poco importa la consumación del acto, a partir de ese momento comienzan las dudas, se va descomponiendo el amor y se buscan razones para justificar el cambio, pero según la situación de cada caso se mantiene el compromiso alegando no sé qué cosas, responsabilidad adquirida, el qué dirán, la familia, los hijos… y un etc. largo que no se desea afrontar quizá por cobardía o por el equívoco de no hacer daño a terceros. Lo más frecuente será, es, que se piense que ojos que no ven corazón que no llora y la infidelidad, el desamor y la desdicha a fin de cuentas se asienta en unos y otros.

Escribí una novela que aún está por editar, Despeñaperros, que no sé si te la envié, y por si acaso, no, te remitiré por correo el capítulo donde trato este tema, te gustará leerlo.

Y bien, amor, una gran alegría me has brindado con tu visita, Acuarela, sabes cuánto te quiero y que te deseo lo mejor de lo mejor para ti y tu familia.

Un fuerte abrazo, amiga mía; si un día ese abrazo fuera realidad ten por seguro que asomarían las lágrimas a mis ojos por la gran alegría de abrazarte.
.................Carlos

Narci M. Ventanas dijo...

MI querido Carlos, hay muchas cosas en la vida que escapan a nuestro control, por ejemplo: no podemos estar siempre con quien queremos o mantenernos lejos de lo que nos hace infelices.

Pero nadie puede ni debe juzgarnos ni sentenciarnos por escribir o decir lo que sentimos, lo que pensamos, lo que vivimos o lo que nos gustaría vivir..., por transmitir nuestros razonamientos o nuestras locuras, sean lo que sean son nuestras y es nuestra mano quien mueve la pluma, nuestros labios quienes transmiten nuestro interior.

Por supuesto, cada cual es libre de leer o de escuchar o no hacerlo, pero la verdadera locura sería no leerte, no escuchar tu grito, y tomar buena nota de tus preguntas retóricas (para ti mismo) con el fin de hallar una respuesta para las nuestras.

Besos

Carlos Serra Ramos dijo...

Eres un primor Narci, si contara media docena de amigos y amigas cuyo mayor afecto nació en la Red, entre ellas estás tú, lo sabes ¿verdad?

Te dejaré en tu blog, como a María, un tramo de mi novela Despeñaperros que trata ese tema, y aunque hay en él algunas verdades, no te escandlices y piensa que es novela.

Un sonoro beso a tus mejillas mi querida amiga.
.............Carlos

Amelia Díaz Benlliure dijo...

uffff...no imaginas cuánto te entiendo, amigo Carlos.
He estado un rato leyendo por aquí y veo que eres un hombre sensible y apasionado.
Me gusta lo que leo!

Besos!
Unos 49291000003 besos.

Carlos Serra Ramos dijo...

Ay... Selene, y yo sin enterarme de tu comentario hasta ahora que al abrir esta prosa te descubro con fecha de agosto.

Lo siento, amiga, y digo lo siento porque me interesa tu trato, leo tus relatos cortos y me gustan tema y forma, disculpa pues mi despiste que no fue por negligencia.

Agradezco mucho tus palabras, Selene, has sido muy condescendiente. Permíteme que te envíe un beso, amiga.
.......................Carlos