martes, 30 de junio de 2009

SOMBRAS

Tomo la pluma y el papel para escribirme, que necesito leerme desde fuera porque los sentimientos se entrelazan, se dispersan; se diluyen o condensan sin que acierte a discernirlos y ordenarlos.

Quizá, plasmando las ideas en la palabra escrita, consiga valorar la sombra que me sigue y el tic-tac de los relojes que van contando el tiempo; quizá la luz del espectro en qué la vivo desdiga esta amargura y vuelva a sonreír, aunque siga la sombra tras mis pasos, que a fin de cuentas, la vida es la ilusión de lo que esperas, y es la muerte, lo que fue, por mucho que su sombra me persiga.

Pero hoy, esta noche, camino entre la niebla de la duda y la luz se desvanece como se desvanecen las sombras. Ya no hay recuerdos ni senda iluminada, sólo su imagen, que a lo lejos, emerge de la bruma, a lo lejos, sí, como dijo el poeta, a lo lejos…

Más aún me quedan las estrellas, luces en el cielo que titilan queriéndome decir en código Morse, que son muchos los candiles encendidos que aguardan tras la niebla.

Y puede que sí, quizás mañana las escuche pero esta noche… esta noche la quiero a Ella.

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Carlos Serra

8 comentarios:

Narci M. Ventanas dijo...

Nostalgia, introspección, todo un viaje por los propios sentimientos y anhelos que nos arrastra hasta tus sombras hasta encontrar la luz en tus palabras.

Carlos Serra Ramos dijo...

Hola, Narci, gracias por tu visita. Mira, te cuento que realmente lo escribí en una de esas horas tontas en la que te pierden los sentimientos y aparecen dudas, lo que te parecía blanco lo ves negro, o gris y el sabor ácido de un beso, hoy es arrope y miel.

Gracias por tus palabras, Narci y recibe mi más cordial saludo.

Carlos

Acuarela dijo...

En estas introspecciones siempre me sorprendes. Haz hecho un paseo por los elementos más sutiles de la soledad para luego terminar con un final propio de Carlos Serra. Esa "Ella" que pienso que siempre es la misma, la afortunada que puede llenarse los labios diciendo, algún día, que siempre fue el amor que conservaste, tal vez en profundo silencio. Un abrazo. Te sigo

Carlos Serra Ramos dijo...

Mi querida Acuarela y sus azules, estimada criatura que nunca olvido ¿Dónde está la Luna? El cielo encapotado no me deja verla y necesito pedirle que penetre en tu ventana para contarme tus sueños.

Mi querida amiga, la distancia nos robó el placer de mirarnos a los ojos, pero nunca conseguirá el olvido.

Un gran abrazo, Acuarela.

Carlos

stella dijo...

Melancolía en tu escrito, pero con muchisima belleza, me has atrapado esta mañana, y es que cuando se añora y desea a la persona amada, se fija en el alma
Te sigo, me ha gustado leerte
Un abrazo
Stella

Carlos Serra Ramos dijo...

Gracias, Stella:

¿Sabes? me motivas a seguir editando en este Blog que tengo poco atendido.

Un beso en tu mejilla, estimada amiga.

Carlos

María BlancaNieves dijo...

Hay días querido Carlos que en definitiva nos marcan y nos sentimos como un pequeño hilo tambaleante aquí en la vida. Sombras de dudas, preguntas sin respuesta, añoranzas y soledad, pero al final, quizás, la esperanza llega al invocarla como bien mencionas al culminar tu bellísima reflexión, el repaso del tiempo.

Un placer saludarte nuevamente.
Mi admiración y cariño.

Carlos Serra Ramos dijo...

Mi estimada María

En esos días en que los biorritmos se manifiestan contrarios, siempre me pregunto el por qué, si en día de antes lucía el mismo sol como el de hoy y en mi jardín las mismas flores, ¿a qué se rinde la ilusión por ver el horizonte?

Extraño,sí, porque hay días que la lluvia ciega mis ventanas.

Gracias por tus palabras, amiga, me hace bien verte en mis escritos.

Carlos
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